Las personas que no pueden permitirse comer regularmente o comer una dieta saludable, la llamada inseguridad alimentaria, tienen más del doble del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, sugiere un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista PLoS ONE.
La inseguridad alimentaria en el hogar se define como la limitación a poder acceder a los alimentos saludables debido a los limitados recursos financieros de las personas de dicho hogar. Al estar en un presupuesto limitado esto puede dar lugar a tener que depender de los alimentos más baratos, de alto contenido calórico que contribuyen al aumento de peso y el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, según los autores.
Cada vez más, la inseguridad alimentaria está siendo reconocida como un problema social y de salud importante pero no hay una gran cantidad de evidencia que vincule la inseguridad alimentaria el riesgo de enfermedades crónicas futuras, como la diabetes tipo 2.
El autor principal de este estudio Christopher Tait y sus colegas analizaron los datos de una encuesta nacional de salud de 2004. Los participantes en el estudio eran representativos de un 98 por ciento de la población canadiense, y el análisis se centró en 4.739 hombres y mujeres mayores de 18 años, incluyendo 277 que fueron clasificados como de inseguridad alimentaria.
El equipo del estudio también igualó a estas personas a una base de datos nacional de personas con diagnóstico de diabetes hasta el año 2016, para hacer un promedio de casi 12 años de seguimiento.
Las personas que incluidas dentro del grupo de inseguridad alimentaria en el momento de la encuesta original tendían a ser más jóvenes, de sexo femenino, no blancas, de bajos ingresos y tenía las dietas de baja calidad en comparación con los individuos con seguridad alimentaria. Los adultos con inseguridad alimentaria también eran más propensos a ser fumadores, hacer menos actividad física y tenían obesidad.
Al final del período de seguimiento, 577 participantes habían desarrollado diabetes tipo 2. Los que estaban en situación de inseguridad alimentaria tenían 2,4 veces el riesgo de aquellos que no lo eran. Cuando investigadores tomaron en cuenta la obesidad, el riesgo de diabetes aún era dos veces superior a la inseguridad alimentaria.
El director de la investigación asegura que “nuestros resultados también ponen de relieve la necesidad de seguir vigilando este importante marcador de privaciones económicas. Esto es particularmente relevante dada la decisión de Estadísticas de Canadá para hacer la medición opcional de la inseguridad alimentaria a nivel provincial a partir de 2013, que puede ser una oportunidad para avanzar”.
Es bien sabido que el consumo alto y frecuente de comidas rápidas y alimentos procesados están relacionados con un mayor riesgo de obesidad, los niveles de grasa en la sangre poco saludables y la diabetes tipo 2.
Los expertos apuntan directamente a las administraciones, exigiendo que los alimentos saludables como frutas y verduras frescas, leche baja en grasa, cortes magros de carne y alimentos bajos en sodio deben ser subvencionados como medida para evitar la creciente incidencia de la diabetes tipo 2
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