Aseguran que se da por la falta de mantenimiento de las unidades y las vías. Tras dos descarrilamientos, hay más cancelaciones. Los pasajeros pueden llegar a esperar hasta dos horas y media.
Regina Barbosa (37) está segura de que durante el viaje se sentirá inquieta. Sabe que hace 15 días uno de los tres trenes que se toma a diario descarriló a la altura de Cardales. También tiene en cuenta que tendrá que esperar una hora más de lo habitual para llegar a destino: por la falta de mantenimiento de las unidades y de las vías, cada vez salen menos trenes del ramal diésel del Mitre que une Victoria con Capilla del Señor. De hecho, por las demoras el jueves pasado alrededor de 50 vecinos, según aseguraron empleados a cargo del nuevo consorcio, cortaron las vías en la estación de la localidad de San Fernando para exigir que pongan en funcionamiento una formación. “Es terrible viajar así. Nos vuelven locos”, reflejó la vecina.
Según relevó RMN , la gran mayoría de las personas que usan a diario este ramal del Mitre no vive en Victoria. Los principales usuarios llegan a esa estación desde Bancalari, El Talar y López Camelo –que pertenecen a Tigre–, de Garín y Maquinista Savio –de Escobar– y desde Capilla del Señor –de Exaltación de la Cruz–. “Lo hacen porque muchos trabajan en Capital y después hacen combinación con el ramal que une Tigre y Retiro”, contaron empleados de la empresa a cargo de Ferrovías y Metrovías.
Para los pasajeros y el personal del ramal es fácil contar cómo se viaja en los trenes. “Con los dos descarrilamientos que hubo este año, la mugre ya pasó a segundo plano. Lo que realmente nos preocupa es el estado de los vagones y de las vías. Te da miedo viajar, pero a veces no queda otra opción y lo hacés igual”, graficó Pedro, uno de los usuarios que estuvo en el corte del jueves pasado, que se produjo cerca de las 15.30. “No te pueden avisar dos minutos antes de la partida del tren que cortan el servicio. ¿Por qué no lo arreglaron antes?”, se preguntó el vecino de El Talar. Ese fue el motivo que levantó bronca entre los usuarios que decidieron cortar las vías de Victoria.
Hasta marzo, antes del primer descarrilamiento, funcionaban seis formaciones. Ahora sólo quedaron tres, según empleados de la empresa. “Después del segundo descarrilamiento, hay cancelaciones todo el tiempo. Entre las demoras que llegan a una hora, más la poca frecuencia, que es habitual en este ramal, el viaje se torna algo imposible”, señaló Esteban Serra (23), de Maquinista Savio.
La menor frecuencia de este ramal es de 34 minutos y la mayor, de dos horas y media. En la Estación Victoria, donde están los talleres, dijeron que en horas pico –de 6 a 8, entre las 14 y las 16, y de 18 a 20– en cada vagón viajan unos 70 pasajeros diarios. “Los asientos y pasamanos están rotos. De noche, es común que viajemos a oscuras. Como las vías están totalmente arruinadas, el tren se mueve un montón”, resumió Serra.
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