viernes, 4 de enero de 2013


Virreyes Rugby Club

Diez años con la inclusión como misión

La entidad tiene más de 500 chicos de bajos recursos del barrio, a los que acercan al deporte y los forman y educan. Marcos Julianes y Carlos Ramallo, los fundadores, y Rodolfo O´Reilly, otro propulsor, repasaron la historia.            

        Hoy podemos decir que es un club de rugby con todas las letras", dice sobre Virreyes Rugby Club uno de sus fundadores Marcos Julianes. Hace 10 años, él y Carlos Ramallo, ambos ex jugadores de ese deporte, se propusieron crear una institución para poder ayudar a chicos con pocos recursos de la localidad. La idea surgió de sus esposas, que trabajaban como maestras en escuelas de la zona y les comentaron la problemática con la que convivían a diario. "Fue un proceso apasionante. Descubrir día a día cosas que nos llenaban de alegría. Una total muestra de dar y recibir amor", relata Ramallo sobre aquellos primeros momentos de la insitución ubicada en Hipólito Yrigoyen 6702 (ex Ruta 202), en San Fernando.
Hace exactamente una década, empezaba a tomar color y florecer este proyecto que hoy es una saludable realidad. Sobre los comienzos, Julianes recuerda: "Al principio pudo haber sido duro, pero el espíritu de este maravilloso deporte puede con todo". Se suma Rodolfo O´Reilly, entrenador del plantel superior del club: "Cuando empezó Virreyes había chicos con problemas –comenta–. Teníamos que hacer un cambio cultural en ellos y siempre tuvimos mucha fe en que podíamos cumplir con la misión".
Hay una postal de los primeros sábados que refleja a la perfección el objetivo de la institución: al finalizar los partidos del rugby infantil, los entrenadores hacían que en el último tiempo los jugadores de Virreyes se mezclaran con los del otro equipo. "Queríamos evitar que sepan quién ganaba y quién perdía, pero por sobre todas las cosas queríamos que se den cuenta de que el rugby significa jugar en equipo", cuenta Ramallo, ex hombre del SIC. En los partido en los que jugaban intercambiados, debían aprenderse el nombre de los otros chicos, que pasaban a ser compañeros y no rivales. "Se negaban, pero al instante les preguntamos: '¿Quién quiere jugar en Los Pumas?'. La respuesta fue inmediata: '¡Yo!'. Bueno, para vestir la celeste y blanca tienen que jugar con chicos de otros equipos", agrega el actual presidente de Virreyes Rugby Club. "Jugar al rugby es ser todos iguales en la cancha e ir todos para el mismo lado", describe Julianes, ex rugbier del CASI y actual vicepresidente.
Sobre este fénomeno que abarca a más de 500 chicos que ahora estudian y en algunos casos, van a la universidad, "Michingo" O'Reilly dice: "Es lo más lindo que hice en mi vida. Más que ganarle a Australia en Brisbane y a Sudafrica en Blonfontein".
Desde 2010, Virreyes participa del torneo de la URBA en el Grupo IV. La adaptación a jugar en Primera e Intermedia fue complicada pero ahora, casi dos años después, marcha en la punta en la Reubicación con 12 partidos ganados e invicto. "En el futuro la idea es consolidar institucionalmente al club, queremos que haya más socios", afirma el vice.
Pero la alegría de haber podido crear un club, que los chicos de Virreyes puedan sentirse parte, no puede olvidarse. "Ni en los mejores sueños pensamos lograr esto. Demostramos que se puede y reivindicamos el espíritu del rugby", cierra Julianes. Ramallo lo mira y asiente, como quien se siente feliz con el deber cumplido. 

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